A veces, sueño que es posible, y lo siento así. Te veo junto a mí, tus cabellos oscuros y tus ojos castaños frente a los míos, que incrédulos, parpadean repetidas veces… Te imagino aquí, dispuesta a aceptar mi corazón, y es irónico que siendo yo el chico, sea el que hable de amor. Creo verte corriendo descalza, hacia mi, sobre la verde hierba, a cual brilla agradecida, por haber sido rozada por tu piel, confiriéndole un brillo mágico...

Y cuando te voy a abrazar, cuando a punto estoy de sentir tu cabeza reposando en mi pecho, y apunto de oler tu dulce cabello; me despierto, en el suelo de mi habitación, envuelto entre las sabanas, como un prisionero y empapado en sudor…
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