sábado, 21 de agosto de 2010

GoodBye my Love


Recuerdo aquella tarde nefasta, de aquel maldito día. La última comida que pasamos juntos me fue totalmente insípida, apenas tomé pequeños bocados, intentando no acabar con tu fingida alegría. Aquella comida, que paso entre vagas preguntas y silencios dilatados.
-Siéntate conmigo, y abrázame fuerte. Quiero tener tu abrazo en mi recuerdo siempre que cierre los ojos.-Me dijiste invitándome a posarme en el sofá, y colocaste mis manos alrededor de tu cuello, mientras te tumbabas encima de mí. Mis brazos, como cadenas alrededor de tu cuello se cerraron, y no tenían intención de dejarte ir...
El reloj de péndulo sonó fuertemente, y rompiéndome los tímpanos, con su estridente sonido, me saco de mi ensoñación maravillosa. Tu aun dormías angelicalmente entre mis brazos, más el segundo golpe de aquel infernal péndulo, te despertó sobresaltada.
-¿Ya es la hora?- No supe que responder, tan solo te mire, contemplando como te deshacías de mis brazos y te levantabas...
El tren ya salía. Por la megafonía ya daban el último aviso a sus pasajeros, y yo te seguía corriendo tras tu cuerpo, por el andén, sin saber que haría a partir del momento en el que te subieras en aquel tren, y partieras de mi vida, con mi corazón en tus bolsillos.
Tras despedirte con un beso apasionado, pero para mi breve, subiste al tren, y te ibas despidiendo por la ventanilla a medida que el tren iba ganando velocidad sobre la vía. Y yo como un triste idiota, corría tras del tren, mirándote por la ventana, sin hacer nada más que contemplarte, hasta que se acabo el anden, y pude ver por ultima vez tu rostro, y leer en tus labios: "Goodbye my love"

No hay comentarios:

Publicar un comentario