domingo, 17 de abril de 2011

EL y ELLA, ELLA y EL… (Inconcluso)



-¿En serio?...¿Si quieres podemos…?-Preguntó la voz de EL, llena de cariño mirándola a los ojos y acariciándole con la mano la mejilla.
-Si Amor, estoy segura-Respondió apoyando su afirmación con un profundo beso que encendía la hoguera de las pasiones juveniles.
EL la acostó en la cama, mientras la besaba y sus manos recorrían el cuerpo de ELLA como un explorador la tierra virgen que se abre ante sus ojos en el horizonte. A lo que ELLA respondió dejándolo de besar para sacarle la camisa y retomando con ansias de un sediento ante un lago de agua cristalina el beso que le daba la vida. Sus ropas fueron menguando en uno y otro, dejándolos sobre la cama de ELLA semidesnudos.
Las manos de EL comenzaron a moverse con la maestría del escultor, que una vez conocida la materia con la que a de trabajar, la siente como una prolongación más de su cuerpo. Mientras ELLA lo abrazaba fuertemente contra si, y bebía de sus labios con glotonería.
Sus cuerpos se iban haciendo uno, mientras sus corazones ya latían como uno solo, al mismo compás monótono, desenfrenado y torrencial, momento en el cual el amor y la pasión toman el control. De sus bocas surgían miles de te quieras acompañados de calidas palabras de amor, que los iban ahondando más en el baile que sus cuerpos iban trazando sobre la cama individual de ELLA, mientras las mantas caían al suelo dejando solo sabanas frescas. Las manos de ELLA recorrieron el cuerpo de EL buscando como las de un ciego. Se introdujeron el los boxees de EL, y su búsqueda halló resultado que celebró con caricias calidas, a las que EL respondió besándola vorazmente.
Los labios de ELLA hicieron una escapada por el cuello de EL y besaron insaciablemente, despertando en EL un nuevo arroyo de pasión que desemboco en un torrente cuando ELLA le mordió el cuello. Desenfrenados y sin más limite que sus deseos, se inmiscuyeron de cabeza en el mar de las pasiones.
Ambos, completamente desnudos, se movían como uno solo, sin límites de piel, sin saber donde comenzaba el cuerpo de uno y concluía el del otro. EL notaba dentro de si la presión de un geiser. Una presión calida que pedía a gritos salir a flote y ELLA tenía la necesidad de hacerlo suyo, de sentirle dentro de ella, lo amaba, no lo dudaba, y él a ella igual.

EL y ELLA, ELLA y EL…
(Perdon por dejarlo inconcluso, pero me fué imposible concluirlo)